LOS NÚMEROS QUE HAY TRAS EL
DISCURSO
Costa ha conseguido sacar al país del
Procedimiento de Déficit Excesivo, el PIB crece un 2,8% y el paro ha caído
hasta el 10,2%. ¿No sería mejor emigrar a Portugal?
Javier Jorrín
El socialista Antonio Costa
durante en un evento electoral en Lisboa. Foto: Reuters
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El 'milagro económico
portugués' se ha convertido en un fenómeno en las redes sociales de España y en
muchos medios de comunicación. Tal éxito social no se debe a la recuperación
económica (Irlanda ha sido el verdadero ganador de la crisis y apenas se ha
escrito de su éxito), ni tampoco a su efectividad al reducir el déficit (salvo España y
Francia, todos los países del euro han salido del Procedimiento de Déficit
Excesivo), sino a la ideología del Gobierno: la alianza de
izquierdas conformada por el Partido Socialista, el Bloco de Esquerda y el
Partido Comunista.
Cualquier recuperación
económica es motivo de celebración, pero si la ideología impide ver los
números, surgen los problemas. El mejor ejemplo es el paradigma de la
austeridad. El discurso que se ha extendido a favor de las políticas del
presidente António Costa asegura que Portugal ha conseguido
rebajar el déficit y, además, terminar con la austeridad y elevar el
gasto público. Mientras tanto, en España, Rajoy ha profundizado en los
recortes y además el déficit sigue descontrolado.
En efecto, Portugal ha hecho
los deberes para ajustar sus cuentas públicas (algo que no ha hecho España),
pero ha sido a base de aplicar recortes. En 2015 y 2016 el gasto
público bajó en algo más de 6.260 millones de euros (datos de
Eurostat), lo que significa un ajuste del 7% del presupuesto, en
gran medida paralizando la inversión pública. Por el contrario, España ha
aumentado el gasto público en algo más de 6.650 millones de
euros, un 1,5% más. En 2014, justo antes de que Costa llegara al Gobierno, el
gasto público de Portugal era del 51,8% del PIB, dos años después ha
caído en más de 6 puntos hasta el 45,1%.
Sólo Grecia invierte menos que
Portugal en la eurozona
Inversión en Formación Bruta
de Capital Fijo, en porcentaje del PIB, datos de 2016
Es cierto que la economía
portuguesa ha vuelto a crecer, un 1,4% en 2016, pero la salida de la recesión
se produjo mucho antes, en 2013. De hecho, en 2015 creció un 1,6%, más que en
2016. Este crecimiento permitió a Costa recuperar el nivel de PIB previo a la
crisis en su primer año de mandato. Sin duda un motivo de celebración, pero
contenida, ya que la mayor parte del crecimiento ha sido nominal y no
real. ¿Qué significa esto? Que el PIB ha crecido por los precios. Sin
embargo, en términos reales (sin inflación) está a más de un 4% de volver a los
niveles precrisis y todavía tardará dos o tres años en
recuperarlos, mientras que España acaba de hacerlo este año.
El PIB portugués creció un
1,4% en 2016 y para este año la Comisión estima un avance del 1,8%. Un ritmo
nada despreciable, pero que no se acerca a las tasas de la economía española
que creció un 3,2% en 2016 y que para este año se espera que avance un 2,8%.
El enfermo de Europa
Portugal es, con permiso de
Grecia, el país del euro que presenta mayores desequilibrios económicos.
Costa no es el culpable –esto es evidente–, pero la realidad del país es que
está en una situación muy delicada. Portugal, como España, ha sido uno de los
países más beneficiados por los 'vientos de cola' internacionales: la caída del
precio del petróleo, de los tipos de interés y la recuperación de la demanda
externa, lo que ha permitido estos últimos años de bonanza. Sin embargo, el
Gobierno no ha conseguido aprovechar este escenario tan favorable para mejorar
sus desequilibrios. Y a partir de 2018 la 'tregua' podría acabarse.
El gran problema de Portugal
es su abultada deuda, tanto privada como pública, que multiplica por
cinco el tamaño del PIB (un 271% del PIB la privada y un 130% la
pública). Los procesos de desapalancamiento son muy dolorosos, ya que cercenan
la inversión y, por tanto, la actividad económica. Pero el verdadero peligro de
la deuda es el coste financiero que genera. Ahora que los tipos de interés
están en mínimos históricos en Europa por las políticas expansivas del BCE,
Portugal se deja casi uno de cada diez euros del presupuesto público en
pagar el servicio de la deuda. En total un 4,2% del PIB se tiene que
destinar a pagar a los acreedores del Gobierno (en España es el 2,8%), en su
mayor parte extranjeros.
(…)
Título y Texto: Javier Jorrín, El Confidencial, 3-6-2017
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